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Colombia ante la reconfiguración comercial en medio de tensiones geoeconómicas

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  • La dependencia comercial de Colombia con China podría seguir aumentando si el país asiático decide reubicar sus exportaciones para compensar la caída de las ventas en Estados Unidos.
  • El nearshoring supone una oportunidad para el mercado colombiano, que puede capitalizar el interés de las empresas asiáticas por su relocalización en Latinoamérica para exportar hacia Estados Unidos evitando aranceles.

Solunion Colombia, la compañía de seguros de crédito y de servicios asociados a la gestión del riesgo comercial, analiza el nuevo escenario económico global y sus efectos concretos en la economía colombiana, en su último informe “Los aranceles configuran un nuevo mundo: impacto macro y microeconómico en Colombia”.

Un entorno global que se transforma

La conocida como guerra comercial entre China y Estados Unidos comenzó en 2018 con aranceles mutuos por más de 300.000 millones de dólares (USD), pero desde 2022 evolucionó hacia una pugna tecnológica. Restricciones a empresas chinas y tensiones sobre semiconductores y energía marcaron una nueva etapa.

Fuente: census.govcensus.gov

La tregua firmada en mayo de 2025, aunque parcial, ha reconfigurado expectativas, pero los mercados siguen cautelosos. Para muchos expertos, no se trata de una solución, sino del umbral de un nuevo ciclo geoeconómico.

“Estamos ante un nuevo ciclo de reconfiguración geoeconómica. No se trata únicamente de una disputa puntual entre Estados Unidos y China, sino de una transición hacia un orden global más multipolar, donde potencias emergentes como China e India están ganando protagonismo tanto en producción como en influencia comercial y tecnológica”, explica Marco Restrepo, Analista de Información de Solunion Colombia.

Impacto en la dinámica comercial y la producción en Colombia

Estados Unidos y China son dos mercados con gran peso en la balanza comercial colombiana y la disputa comercial se está dejando sentir en su economía.  En 2024, Colombia importó cerca de 15.000 millones de dólares desde China y exportó apenas 2.400 millones, generando una relación de 6 a 1 en contra, según Analdex. Esta brecha refleja una creciente dependencia comercial con el país asiático, que podría seguir aumentando si China decide reubicar sus exportaciones para compensar la caída de las ventas en Estados Unidos. Por su parte, Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones colombianas.

“En este contexto, es fundamental que Colombia revise su patrón de dependencia estructural hacia Estados Unidos, que concentra más del 29% de nuestras exportaciones. La coyuntura global ofrece una oportunidad estratégica: fortalecer acuerdos comerciales con distintas regiones, profundizar el nearshoring y acelerar la modernización productiva son caminos clave para mejorar la capacidad de negociación externa sin comprometer la autonomía.”, subraya Marco Restrepo.

Los efectos también se han sentido en sectores productivos clave para Colombia. La dependencia tecnológica de China elevó costos para ensambladoras locales; en agroindustria, productos como el café ganaron espacio en China, pero otros como el maíz enfrentan volatilidad. La industria textil aumentó sus envíos a Estados Unidos, pero vio incrementada la competencia en el mercado interno por prendas asiáticas más económicas.

Inversión extranjera: señales desde Asia

La inversión china en Colombia aún es modesta, pero creciente. Entre enero y septiembre de 2024, el país recibió apenas 114 millones de dólares (USD) en capital chino, principalmente en infraestructura y tecnología. Sin embargo, China ya ha mostrado interés en el nearshoring: la relocalización de empresas asiáticas en Latinoamérica para exportar hacia Estados Unidos sin los costos arancelarios de origen, que Colombia podría capitalizar.

La Ruta de la Seda y Colombia

El acuerdo de cooperación bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) firmado por Colombia el pasado mayo representa una oportunidad para cerrar brechas críticas en infraestructura férrea, portuaria, logística y telecomunicaciones, sectores en los que las empresas chinas tienen amplia experiencia. Según el Gobierno colombiano, la cooperación podría duplicar el valor de las exportaciones a China en los próximos años, especialmente en rubros como agroalimentación y tecnología. Además, se proyecta una mayor transferencia de conocimiento en áreas como trenes de alta velocidad, redes 5G y energías renovables.

Sin embargo, la adhesión no está exenta de riesgos. Muchos proyectos de la BRI se financian con créditos chinos concesionales que pueden derivar en elevados niveles de endeudamiento con entidades chinas. Además, a diferencia de los proyectos con el BIS o el Banco Mundial, los acuerdos de la Ruta de la Seda a veces se manejan con cláusulas confidenciales y menor escrutinio público.

La reconfiguración del comercio global exige visión de largo plazo. Colombia deberá trabajar en manejar las expectativas de Estados Unidos y de China para conservar y fomentar ambas relaciones, al tiempo que abre su mercado a nuevas oportunidades”, explica el analista de Solunion.

Actualidad Solunion

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