En un año que estuvo marcado por ajustes económicos y señales de recuperación, el tipo de cambio se ha convertido en una de las variables más determinantes para las empresas en Colombia. Aunque la inflación, las tasas de interés y el consumo suelen ocupar la conversación pública, el comportamiento del dólar está teniendo un impacto directo, y muchas veces subestimado, en los costos, la demanda y la planificación estratégica de los negocios.
Durante 2025, Colombia vivió un fortalecimiento significativo del peso colombiano frente al dólar, con una apreciación cercana al 12%. Este movimiento alivió costos de importación para sectores dependientes de insumos externos y, además, impulsó la estabilidad de precios en varios segmentos productivos. Detrás de este comportamiento se combinaron factores externos, como la debilidad del dólar a nivel global, y factores internos como la política monetaria prudente del Banco de la República y la mejora en la cuenta corriente del país.
Sin embargo, el panorama hacia 2026 será distinto. Con la expectativa de que el Banco de la República continúe reduciendo gradualmente las tasas de interés, el atractivo del carry trade disminuiría, lo que podría generar salidas de capital y llevar a una ligera depreciación del peso. Las proyecciones plantean un dólar que va desde $3.780 y $4.275, según Bloomberg, niveles que representan un ajuste natural después de un año de fortaleza cambiaria.
¿Qué puede pasar con las empresas?
Para las empresas, este movimiento no es menor, los análisis de Solunion prevén una depreciación moderada que puede incrementar los costos de importación, afectar los precios finales y presionar márgenes, especialmente en sectores como manufactura, comercio, tecnología, maquinaria y agroindustria. Al mismo tiempo, puede favorecer la competitividad de productos colombianos en mercados externos, mejorar ingresos de exportadores y atraer inversión en sectores orientados a la venta internacional.
¿Cuál fue el impacto del tipo de cambio al cierre de este 2025?
Se redujeron costos, se aliviaron presiones inflacionarias y se fortaleció la posición financiera de muchas compañías. En 2026, su influencia será igual o incluso mayor, en un contexto de recuperación gradual, moderación de precios y ajustes en la política monetaria. Para las empresas que dependen de insumos importados, financiamiento en dólares o estrategias de expansión internacional, es clave anticiparse para ser más competitivos y crecer.

