Después de dos años de presiones inflacionarias, tasas de interés altas y un consumidor más cauto, 2025 mostró señales claras de que el ciclo está girando. Aunque la economía aún enfrenta retos estructurales, los datos recientes revelan un comportamiento que las empresas no pueden ignorar: el consumo está empezando a recuperar dinamismo, y este cambio definirá el rumbo de múltiples sectores hacia 2026.
Colombia atravesó un periodo en el que el costo de vida crecía más rápido que los ingresos, deteriorando la confianza de los hogares y frenando decisiones como cambiar carro, remodelar vivienda, invertir en tecnología o ampliar negocios. Pero con la inflación moderándose y los ingresos reales estabilizándose, los hogares comienzan a respirar, y esa mejora se está filtrando hacia el mercado interno.
Los primeros indicios de este repunte se ven en mayor actividad en comercio, servicios y segmentos de consumo no esencial, donde la contracción había sido más severa. Para muchas empresas, este cambio representa un giro estratégico que es pasar de un enfoque defensivo (contención de costos, inventarios mínimos, menor inversión) a un enfoque de recuperación, expansión moderada y revisión de oportunidades.
El tipo de cambio también está jugando un papel decisivo. Con un peso más fuerte que el de años previos, el costo de insumos importados disminuyó, reduciendo presiones sobre los precios finales y abriendo espacio para una mayor competitividad. Si bien este comportamiento podría ajustarse en 2026, por ahora ha ayudado a estabilizar expectativas y mejorar la capacidad de compra en varios segmentos.
De acuerdo con el análisis económico realizado por Solunion Colombia, el consumo será uno de los motores más relevantes en el próximo ciclo. Incluso en un contexto donde las tasas de interés aún tardan en bajar con fuerza, el alineamiento entre inflación más baja, tipo de cambio estable y recuperación gradual del empleo está creando las condiciones para que los hogares vuelvan a gastar con mayor confianza.
Para las empresas, la oportunidad está en identificar qué categorías retomarán dinamismo primero, cómo ajustar la estrategia comercial a un consumidor que todavía es cauteloso, y qué riesgos podrían aparecer si el entorno global cambia más rápido de lo previsto.



